Pasada la época medieval, se imponen en La Almunia de Doña Godina, al igual que en el resto de España y Europa, los nuevos gustos artísticos. Las casonas de las familias pudientes se levantan siguiendo el modelo de moda en Aragón: los palacios de estilo renacentista aragonés, que llenaron Zaragoza en esta época de bonanza económica. Hay que tener en cuenta que parte de las familias importantes de La Almunia residían parte del año en la capital, de donde trajeron las modas.
La arquitectura renacentista aragonesa suma a los elementos clásicos del Renacimiento italiano, elementos góticos y mudéjares. Estas casas-palacio suelen tener tres pisos, fachada de ladrillo con portón de arco de medio punto y amplios ventanales o balcones en el primer piso. Destaca el alero saliente o rafe, generalmente tallado en madera, y la galería de arquillos. Buenos ejemplos los hay en la Calle Ortubia, antigua calle Ricla, en la que se conservan dos palacios de especial interés: el de los Colmenares y el de los Estages; y en la Plaza de los Obispos, además de la Calle Garay, en la que destacan la “Casa natal de Florián Rey”, en el número 1, y la del 26, que aunque fue reedificada en 1881, conserva los medallones de la parte alta, del siglo XVI. Además, en la esquina con la Calle Alfonso II hay una casa rehabilitada del siglo XVII.
De épocas posteriores son otros palacios y casonas en la misma Calle Ortubia, en la de Alfonso II y en otras zonas de la villa. De entre todos destaca el actual Ayuntamiento, que se debe al prócer almuniense don Miguel Ortubia, que cedió una casa suya al Concejo para que la destinara a Casa Consistorial. Se aprovecharon las dependencias de la casa y se embelleció en 1783 con una fachada de ladrillo de escasa profundidad; consta de dos plantas y falsa: las dos plantas se abren a la plaza mediante ocho arcos de medio punto entre pilastras de orden gigante, y la tercera o falsa tiene pequeñas ventanas. El constructor fue el maestro de obras Antonio Alonso, quien solo tres años después se encargaría de la conocida Huerta de los Balcones, en las inmediaciones de la ermita de Cabañas, un palacete campestre cuya fachada es idéntica a la Consistorial. Del palacio de los condes de Torreflorida, en el Arrabal, se conserva una portada de piedra arenisca, que consta de un arco de medio punto con escudo de armas y remate en frontón recto.
Convento de San Lorenzo
Ya en el siglo XVII, el barroco es el arte de moda y, cuando los frailes franciscanos quisieron edificar su convento en La Almunia de Doña Godina en 1605 -bajo la advocación de San Lorenzo, puesto que se hizo en lo que fue la ermita de la cofradía del mismo nombre- se levantó en este estilo arquitectónico.
Los avatares del convento fueron continuos, con incendios, la guerra de la Independencia y la desamortización de Mendizábal, cuando pasó a manos privadas y se convirtió en almacén. Recuperado por el Ayuntamiento de la villa, el templo consta de una nave con capillas entre los contrafuertes, crucero y cabecera recta. Detrás de ella estaba la capilla del Sagrario, cubierta con cúpula de yeserías de tradición mudéjar y fechada en 1667. Las pechinas del crucero están decoradas con emblemas de la Orden de San Francisco.
En su entorno podernos observar restos de su recinto, utilizado como fuerte militar durante la Guerra de la Independencia, de donde le viene su nombre popular de “El Fuerte”. También la chimenea de la alcoholera que allí funcionó y que hoy luce restaurada junto al templo. Fue Centro de Interpretación del río Jalón y en la actualidad se trabaja para albergar en su interior una colección de juegos y deportes tradicionales.
De estilo barroco es también la iglesia ubicada junto al palacio de San Juan, que en la actualidad es la sede de la Biblioteca Municipal. Construida a comienzos del siglo XVIII, de nave única y cabecera recta, está cubierta con bóveda de cañón con lunetos. El exterior es sobrio, con contrafuertes de ladrillo entre los que se abren los ventanales. La fachada principal luce una portada en arco de medio punto y está coronada por tres escudos de la orden en la parte superior.
Iglesia de La Asunción
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es el gran templo parroquial de La Almunia de Doña Godina y el edificio que configura la vista más conocida de la localidad. En el siglo XVIII se decidió derribar la iglesia antigua por falta de espacio y edificar el actual templo, de estilo neoclásico; en ese momento sólo se dejó la torre mudéjar, de la que ya hemos hablado. La nueva iglesia quedó inacabada en el momento de la construcción, desde el crucero hasta la cabecera.
Es un enorme edificio de ladrillo sobre basamento de piedra de Calatorao. Consta de tres naves separadas por pilares y cubiertas por bóveda de cañón, con una sorprendente decoración compuesta por molduras clásicas y figuras de personajes, escenas y alegorías en las bóvedas, pechinas y parte superior de los retablos. De su arte mueble destaca el altar mayor, que procede de su antigua iglesia, con lienzos pintados por Jusepe Martínez a mitad del siglo XVII. Además, el museo parroquial guarda una rica colección de obras de arte entre las que destaca la cruz parroquial de Cabañas, del siglo XIII y el busto relicario de Santa Pantaria, escultura renacentista realizada en plata con detalles dorados.
Otro edificio que comparte de algún modo el gusto neoclásico es la conocida como Huerta de Garay, edificada a principios del siglo XIX por Martín de Garay, el que fuera ministro de Fernando VII, cuya fachada recuerda a un templo griego.