Una visita teatralizada llenó ayer domingo las calles de la antigua judería en las que se ha estrenado señalización turística
Uno de los habitantes de la vieja aljama judía de La Almunia de Doña Godina regresó ayer domingo, día 13 de enero, a las calles de lo que fuera barrio judío. Este personaje recreado interactuó con el historiador Julián Millán durante la visita, que congregó a unas 300 personas llegadas de sitios como Ateca, Sariñena, Ricla, Morata, Almonacid, La Muela, Zaragoza, Calatayud, Maluenda, Barcelona, Valencia, Calatorao, Épila, Bardallur, Lumpiaque y Daroca, además de los propios vecinos de La Almunia de Doña Godina que quisieron enterarse un poco más de su historia.
Se estrenaba la señalización turística de la que fuera una de las juderías importantes de Aragón y la concejalía de Turismo del Ayuntamiento organizó esta visita que entusiasmó a los presentes. Son pocos los restos de la judería que han logrado llegar hasta nuestros días, ya que la mayoría de las casas del Casco Histórico se hundieron en las inundaciones de 1731, que afectaron especialmente a esta zona. Sin embargo, sí hay vestigios de su pasado en la trama urbana, en la memoria de los nombres de calles y parajes y en la abundante documentación escrita.
El historiador Julián Millán ha realizado la labor de síntesis que se ha plasmado en seis paneles que explican cómo fue la judería almuniense y cómo vivían las familias hebreas de la localidad. También se ha editado un folleto divulgativo y se han colocado diversas placas de cerámica que evidenciarán las calles que componían dicho barrio.
La judería de La Almunia se ubicaba en la parte nordeste de la villa, entre las calles del Rosario, Sayas y la Cava. Pertenecían a esta zona las calles de Barriocurto, Terrero, Adobares, Cantarranas y Barrioverde. Después de su expulsión se abrió la calle de la Aceña y el Terrero. Uno de los hechos relevantes de la investigación reciente ha sido la identificación de la trama de la calle principal de la judería, que desde hace tiempo se encuentra encerrada en una propiedad privada. Todavía es posible distinguir la traza urbana de dicha vía con los viejos muros que la delimitaron. Ayer pudo visitarse dicha vía merced a la generosidad de la familia propietaria, que se prestó a abrirla para que todo el mundo pudiera pasear por la que fuera carrera principal de la judería almuniense.
Los participantes escucharon con suma atención las explicaciones del historiador, que de vez en cuando eran interrumpidas por las del personaje judío, encarnado por Mariano Lasheras, de la compañía Zoótropo Teatro, quién contó en primera persona las vivencias de su comunidad hasta que a finales del siglo XV fueron expulsados de sus casas. La música, interpretada por Miguel Ángel Fraile y la participación del público completó una divertida jornada.
Para el concejal delegado de turismo, José Manuel Latorre, la visita de ayer “supone culminar dos años de trabajo de documentación, estudio y elaboración de materiales para poner en valor una parte importante y desconocida de nuestra historia”. De hecho, no fueron pocos los vecinos que mostraron mucho interés en conocer el pasado de las calles en las que nacieron o han vivido. El edil confirmó que “las visitas a la judería continuarán a lo largo del año y se suman a la oferta turística permanente de nuestra localidad”.
Así era la judería almuniense
El barrio judío lindaba con el muro de la villa y con carreras públicas por todas partes. Tenía dos carreras, con dos cantonadas, donde se hacían las citaciones públicas y una plaza que daba a las casas de Juce Francés y Salomón Abendada, a la sinagoga y a la cofraría. Rondaba los 200 habitantes en la segunda mitad del siglo XV, momento previo a la expulsión. Se conocen los nombres de 67 hombres, 19 mujeres y 14 jóvenes incluidos los menores de edad.
El callejero de la judería de La Almunia de Doña Godina no diferiría estilísticamente del de sus convecinos cristianos, atendiendo a que dentro de la comunidad hebrea no había ni alarifes ni maestros de hacer casas. Una casa judía tan solo se distingue de una cristiana porque en la entrada estaba la mezuzah.
La sinagoga se localizaba en la plaza de la Judería, en lo que hoy es el ensanche del callejón de la calle Sayas o Callejón de Cristo. El cementerio hebreo estaría cerca de la Acequia de Gríu, en la partida denominada fosardelosjudíos, localizada en los alrededores de La Viñaza.
Por lo que respecta a los oficios que desempeñaron, la comunidad contó con tres rabíes, tres médicos, un carnicero, un fustero, un pelaire, dos pellijeros, cinco tejedores, nueve sastres y un zapatero. Llama la atención que ningún judío aparece como labrador y tampoco se encuentran mercaderes, aunque algunos de ellos también figuran como prestamistas. En el XV se documentan numerosas transacciones económicas y préstamos de los judíos almunienses en lugares como Alfamén, Alpartir, Ricla, Épila, Calatayud, o Daroca.
Los inmuebles judíos documentados en los momentos previos a la expulsión son: 46 casas, seis corrales, una tañería, siete huertos, ocho campos, tres yermos, doce albares, de 28 a 36 majuelos y 52 viñas.